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La Tierra entra en números rojos

Este 29 de julio la Tierra entra en déficit ecológico. Es el conocido como Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad, la fecha que fija cuándo la humanidad ha consumido todos los recursos naturales que nuestro planeta es capaz de regenerar en un año.

Agua, alimentos, madera, combustibles fósiles, emisiones de carbono... En la actualidad, la humanidad consume el patrimonio que genera la Tierra hasta 1,75 veces más rápido de lo que los ecosistemas pueden regenerar.

Se trata de un dato que se registra desde los años 70 pero que ha avanzado de forma alarmante en los últimos veinte años, como consecuencia del aumento de la explotación de los recursos del planeta, el incremento de la población mundial y los efectos del cambio climático. En 1987 se fijó para el día 19 de diciembre, en el año 2000 se situó en el 1 de noviembre y este año ya se ha establecido el 29 de julio como fecha límite.

El agua, un recurso amenazado

A escala global, en los últimos cincuenta años la extracción de agua del subsuelo se ha triplicado en el conjunto del mundo. Entre 2011 y 2050 se prevé que la población mundial pase de 7.000 a 9.000 millones de habitantes, según el informe de población de Naciones Unidas, un factor que será determinante en la demanda futura de agua. Para alimentar a esta población, la producción de alimentos deberá crecer un 70% en conjunto.

Todo lo que comemos o bebemos —huevos, cualquier bebida como el vino o la cerveza— requiere agua. De hecho, el 92% del agua que se consume diariamente es para producir alimentos.

Unas veces, el agua forma parte del producto mismo mientras que, otras veces, ha sido necesaria en el proceso de fabricación. La industria la utiliza en la mayoría de procesos industriales: refrigeración, disolución de materias, limpieza, etc.

El papel, los plásticos, la ropa, los coches y la inmensa mayoría de objetos que nos rodean son consumidores de agua. Es la llamada huella hídrica. Por ejemplo, según la organización Water Footprint Network, se calcula que se necesitan 109 litros de agua para una copa de vino de 125 ml, 560 litros para producir un kilo de naranjas o 4.325 litros para un kilo de carne de pollo.

Otro futuro es posible

El cambio climático tiene un impacto directo cada vez mayor en nuestro día a día y se debe a causas naturales pero, sobre todo, a la acción del hombre. El mundo industrializado ha provocado que la concentración de gases en la atmósfera haya aumentado casi un 30% durante el último siglo, y ha alcanzado el nivel de emisiones más alto de la historia.

Para minimizar los efectos del cambio climático, la convención de Naciones Unidas celebrada en 2015 en París llegó a un acuerdo para combatir el calentamiento del planeta. Pero la lucha contra el cambio climático requiere la suma de sinergias entre todos los actores implicados: administraciones, empresas y ciudadanía.

Pequeños gestos como hacer un uso responsable del agua y de la energía en casa, apostar por medios de transporte sostenible, reducir el consumo o elegir productos y servicios con un bajo impacto ambiental ayudan a combatir el cambio climático.

Aigües de Barcelona, ​​comprometida en la lucha contra el cambio climático, ha establecido medidas y objetivos ambiciosos en ámbitos como la reducción de la huella de carbono, que ha disminuido un 40,6% desde 2015, y el fomento de las energías renovables y la movilidad sostenible, con la mayor flota de vehículos eléctricos de Barcelona.

Además, el compromiso de Aigües de Barcelona con el desarrollo sostenible se orienta cada vez más hacia el ahorro y la reutilización del agua regenerada en las plantas de depuración, aplicando las tecnologías más innovadoras y eficientes. En la actualidad Aigües de Barcelona desarrolla un proyecto para convertir todas las estaciones de aguas residuales en ecofactorías, es decir, plantas que sean autosuficientes y generen toda la energía necesaria para funcionar. Además, y muy importante, de los materiales de desecho, se producen materias primas, como biogás o fósforo, por lo que aprovechándolos generamos un ahorro en el planeta y un menor impacto en el medio.