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En el Día Mundial del Reciclaje...

Objetivo: Residuo cero todos los días del año

Hace 15 años, el primer ministro de Japón Junichiro Koizumi dio a conocer la regla de las tres erres (Reducir, Reutilizar y Reciclar). Desde entonces la cultura del reciclaje ha mejorado mucho. Sin embargo, y el Día Mundial del Reciclaje es una buena excusa, vale la pena recordar la importancia y la necesidad de reducir la huella de carbono de todas las acciones que realizamos y las ventajas que tiene para el medio ambiente reducir, reutilizar y reciclar los residuos.

Aigües de Barcelona afianza su compromiso con el desarrollo sostenible y la búsqueda del objetivo Residuo Cero, impulsando medidas para minimizar el impacto ambiental, potenciando energías limpias y fomentando la economía circular del ciclo del agua.

¿Qué hacemos nosotros?

Optimizamos los recursos necesarios mientras llevamos a cabo nuestra actividad, dando una segunda vida a los residuos que se generan y convirtiéndolos en recursos. En 2018 se ha conseguido revalorizar el 89% de los residuos generados en nuestras estaciones depuradoras (EDAR) y el 71% de los generados en las estaciones de tratamiento de agua. Además, actualmente, casi el 10% de la energía consumida proviene de energía renovable generada en nuestras instalaciones. Buscamos, además de ser autosuficientes energéticamente, generar un excedente de energía para usos industriales, de movilidad, etc. y estar integrados en el entorno, promoviendo impactos positivos para el medio ambiente y la sociedad.

Impulsamos la economía circular: ecofactorías

​​​​​En la actualidad Aigües de Barcelona desarrolla un proyecto para convertir todas las estaciones de aguas residuales en ecofactorías, es decir, en plantas que sean autosuficientes y generen toda la energía necesaria para funcionar.

Desde las ecofactorías, se reutiliza y regenera el agua para producir agua prepotable, se reduce el consumo de materiales, se disminuye el consumo energético, se genera biogás a partir de los lodos residuales, se utilizan placas solares, se renaturalizan las instalaciones y se minimiza al máximo el impacto en el entorno (poniendo atención en los olores, ruidos...).

También damos una segunda vida a la tierra: reciclando la tierra extraída de las zanjas de las obras de canalización y utilizándola como relleno, y de este modo, minimizando el impacto ambiental actual, ya que se evita depositarla en vertederos o canteras.

En este sentido, la primera estación depuradora de aguas residuales (EDAR) convertida en ecofactoría es la del Baix Llobregat, ​​que se convierte en un ejemplo de economía circular y un modelo para el resto de EDARs del área metropolitana de Barcelona.