null Aigües de Barcelona y el Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat colaboran para implantar el proyecto A-porta en el municipio

El proyecto ‘A-porta, acompañando puerta a puerta’ inicia esta semana su despliegue en 500 hogares del barrio de Can Calders de Sant Feliu de Llobregat. El proyecto se presentó el sábado en un acto con la presencia de Lídia Muñoz, alcaldesa de la ciudad; Flavia Reina, concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento; Jordi Giró, presidente de la CONFAVC, y Manel Giraldo, director de desarrollo de alianzas de Aigües de Barcelona, entre otros.

La implantación de A-porta en Sant Feliu se realizará en 500 hogares del barrio de Can Calders y tiene como objetivo detectar situaciones de vulnerabilidad e informar de los mecanismos y ayudas de que dispone la administración y otras entidades, y que se ponen al alcance de estas personas para mejorar su situación de precariedad. Además, esta iniciativa trabaja por la inserción laboral, ya que las 8 personas que forman parte del grupo Picaportes son también vecinas del barrio y han recibido una formación específica para desarrollar esta labor.

Este proyecto, que cuenta con el apoyo de Aigües de Barcelona, quiere acercar los servicios al vecindario, y en coordinación con servicios sociales, mejorar las condiciones de vida de la gente más vulnerable. Sant Feliu de Llobregat es la décima ciudad catalana y Can Calders el decimoquinto barrio de Cataluña que acogen el proyecto A-porta. Éste se inició en 2016 en el barrio de Ciutat Meridiana de Barcelona y posteriormente se ha desplegado en Sabadell, Mataró, Tarragona y Reus. En estos momentos, está presente en Santa Coloma de Gramenet, Viladecans y Gavà, con la voluntad de detectar situaciones de vulnerabilidad, asesorar a personas mayores que se encuentran solas y fomentar la convivencia y el civismo, entre otras misiones.

El proyecto A-porta se ha demostrado efectivo en los municipios en los que ya funciona. Según los cálculos de CONFAVC, entidad impulsora de la iniciativa, las Picaportes han conseguido que las familias a las que han ayudado se ahorren una media de 40 euros al mes. Desde el inicio del proyecto, se calcula que se han visitado más de 9.000 hogares en toda Cataluña. Las visitas duran una media de 40 minutos, y en caso de que se detecte algún problema, las voluntarias repiten las visitas.